Tu religión
Pueda ser que empiece a caer, de espaldas, y no termine de tocar el suelo. Pueda ser que su voz quede vacía, estéril, cuando la razón ya nada tiene que hacer ni que ver, partió, quedó lejos. otra noche con velas y sin lluvia otra noche rezando a su verdadera y única religión, mentira y vida unidas en una sola verdad concrescente, como una deformación, donde el deseo es volátil y sus besos de goma. La única verdad posible, es la que queda atrás, y el olor de la dama en la noche, a eso de las tres.
