Al amor romántico.

¿Cómo vas a hablar de terror si no lo has vivido? ¿Cómo vas a hablar de duelo, sin haber perdido? Cuando el miedo revienta tu cuerpo, un hermano, un hijo, un amigo. ¿Cómo vas a hablar de sueños sin haberlos perseguido? ¿Cómo vas a hablar de amor sin habernos conocido? ¿Cómo puedes opinar, o crear siquiera un juicio? Maldito seas si de ésto que escribo, tu ni sientes ni padeces lo que a otro desgarra el cuchillo. Maldito seas tú, y bendito a su vez, que no sabes la suerte que tienes de creer que lo entiendes, sin haberlo comprendido.